viernes, 20 de abril de 2012

Déjà vu, déjà désesperé

De nuevo una buena colega me envía una historia de una paciente suya, para que la cuente aquí. Esta vez tiene sombras andaluzas y resonancias hospitalarias.

La madre de la paciente de mi colega fue derivada al Hospital por su especialista de Digestivo para que se le extrajera una cálculo biliar mediante CPRE. Este es el relato de los acontecimientos que ha hecho la paciente, que es profesora de ESO.

Día 0

Tenemos cita en la consulta de anestesia general. Parece que la tienen que dormir entera, según nos dijo el especialista. Hay mucha gente en la sala de espera. Hace calor. Esperamos una hora y entramos. La anestesista es amable, pero no se entretiene mucho en explicar nada, aunque no parece tener prisa. Nos da el papel de consentimiento informado junto con otros varios para que vayamos a pedir cita para la intervención a la consulta de endoscopia. Mi madre entra y sale de la consulta sin enterarse de nada, pero está contenta. Nos citan para hacer la prueba para dentro de ocho días. Nos recalcan que ese día estemos en admisión a las 8 de la mañana en ayunas y que traigamos el papel del "consentimiento". Por cierto, me extraña que sólo nos hayan dado papel de consentimiento para la anestesia y no para la prueba CPRE. Supongo que al de digestivo se le olvidó.

Día 1

8:00 h: Aquí estamos, en Admisión. Todo va muy rápido. En diez minutos nos asignan habitación y subimos a la planta. En el control de enfermería se quedan el sobre con el papel del "consentimiento". Mi madre lo había firmado sin leerlo, por supuesto. No lo volveremos a ver, ni nadie hará ya referencia a él nunca más. 
8:10 h. Dicen a mi madre que se duche -lo cual la sienta a cuerno porque ya se había levantado a las 6 de la mañana para hacerlo-. Lo hace, se pone el camisón que le han dado y se mete en la cama. A esperar.
9:30 h. Nos impacientamos. Ningún médico ha venido a vernos.Preguntamos a la enfermera si sabe algo. Dice que no nos preocupemos, que ya nos llamarán.
12:00 h. Aquí seguimos, sin noticias. Mi madre se pone nerviosa.
13:00 h.  Viene un celador y se la lleva. Apenas tenemos tiempo de despedirnos. Me quedo en la habitación.
13:45 h. Ahora soy yo la que se pone nerviosa. Pregunto en el control de enfermería que por qué tarda tanto, porque la secretaria de la consulta de endoscopias nos había dicho que era "una cosita de 20 minutos". La enfermera me dice que no, que se tarda mucho más y que espere en la habitación.
15:30 h. Vuelvo a preguntar. Me dicen que no saben nada y que mejor me vaya a la "REA", que luego me entero que quiere decir "Unidad de Reanimación", tres plantas más arriba. ¡Allí me voy corriendo!. En la puerta de la tal REA hay un montón de gente esperando. Pregunto. Hay varios enteraos que me explican. Unos dicen que tengo que ir a la información de pacientes a la planta baja, otros que espere, otros que vuelva a la habitación, otros que espere a la puerta del quirófano. Decido esperar allí mismo. 
15:45 h. ¡Sale una enfermera de la REA! Todo el mogollón nos abalanzamos sobre ella preguntando por nuestros familiares. Se defiende como puede. Dice que ella no tiene la información, no tiene tiempo y que, como dicen los carteles de la puerta, "ya a las 8 de la tarde les informarán".  Consigo preguntarle personalmente si sabe si mi madre está todavía en el quirófano o si ya está en la REA. Dice que esa información me la pueden dar las enfermeras de la planta. ¡Vuelvo a la planta corriendo!
16:00 h. Las enfermeras de la Planta dicen que ellas no saben nada de eso, que me vuelva a la REA. Encima parece que se enfadan conmigo. Bueno, allá voy de nuevo, escaleras arriba.
16:15 h. Cuando llego a la REA, uno de los enteraos me dice que ha salido una enfermera con un libro y que ha dicho el nombre de mi madre. Pero como yo no estaba, se ha vuelto a meter para adentro. Me desespero.
16:30 h. Un chico jovencito con bata y pinta de médico va a entrar en la REA y todos nos abalanzamos otra vez sobre él. Con gesto displicente señala el cartel  de "se informa a las 8 de la tarde" y se refugia rápido en la seguridad de la REA.
17:00 h. Animadas conversaciones entre los que esperamos. Los enteraos se explayan a gusto. A veces alguien se enfada, otras veces, alguien llora. Sensación intensa de incertidumbre y abandono.
17:22 h. Se abre la puerta de la REA y sale una señora de la limpieza con su carro. Me dirijo a ella y le pregunto cómo puedo saber algo de mi madre. Me dice que donde tenía que haber ido era a la puerta del quirófano, porque seguramente salieron a informar cuando terminaron. Le explico que nadie me lo había dicho. Se apiada, me pregunta el nombre de mi madre y vuelve a meterse adentro. Sale al rato y me cuenta: "Sí, su madre está aquí y está bien, no se preocupe". Se lo agradezco infinitamente.
18:00 h. Como no me he quedado tranquila, decido arriesgarme. A pesar de que en la puerta de la REA pone un gran cartel de "Prohibido pasar", entro. Cruzo el largo pasillo y de pronto sale la enfermera de antes. Vuelvo a preguntarle. Insiste en que ella no puede dar ninguna información "porque se metería en un lío y además tiene mucho trabajo". Repite que "espere hasta las 8, que ya me informarán". Vuelvo a salir afuera. Sigo sin noticias de mi madre.
19:00 h. Siento una mezcla de indignación, resignación y cansancio. De pronto, por un altavoz se oye un mensaje "Atención, fulanita de tal (mi madre), pasa a Planta". Pego un salto y me bajo corriendo. 
19:20 h: Un celador trae a mi madre en su cama. Está bien, bastante despierta. Estoy muy contenta. Ella también. Me cuenta que en todo este tiempo tampoco nadie ha hablado con ella. Pregunta si yo sé qué tal ha ido todo...
20:00 h. Voy al control de enfermería a preguntar si va a venir algún médico a dar información y a darnos el alta (en la secretaría de endoscopia nos habían dicho que lo más seguro es que podría irse a casa). Me dicen que a estas horas es poco probable que venga ningún médico, que lo harán mañana. Y que nadie les ha comunicado que se vaya de alta, por lo que tendremos que pasar la noche en el hospital. 
20:10 h. Mi madre se enfada cuando se lo cuento. Pero bueno, después de un rato se queda dormida.
20:45 h. Mi madre se despierta  y me dice que quiere levantarse al baño. Le digo que no sé si se puede levantar. Se lo comento a la enfermera. Me explica que los médicos han dicho que no se puede levantar hasta mañana. Dice que le pondrán la cuña. Mi madre me confiesa que, además de hacer pis, quiere hacer "lo otro" y que con la cuña no puede porque le da vergüenza. La enfermera dice que lo siente mucho pero que no puede hacer otra cosa. Al menos, echan a las dos personas que estan de acompañantes de la otra persona que esta en la cama de al lado. Mi madre, finalmente, sólo hace..., pis. Así no puede con "lo otro". Se siente humillada. Me pregunto si realmente es imprescindible que no se levante de la cama o si es simplemente una costumbre arbitraria de los médicos ordenarlo y punto. 
22:00 h. Nos preparamos para dormir.

Día 2

8:00 h. Mi madre ha dormido intranquila, dando vueltas. No tiene dolor, pero no se ha dormido hasta que le han dado una pastilla. El sillón de los acompañantes es duro, pero bueno, se reclina bastante. Yo he podido dormir algo. Estaba muerta de cansancio.
9:15 h. Pregunto a la enfermera que a qué hora pasan los médicos. Dice que no sabe, que más tarde.  Explico que pedí el día de ayer libre en mi trabajo, pero no el de hoy y que por tanto necesito saber con cierta prisa qué va a suceder con mi madre. Dice que no puede hacer nada y que tengo que esperar. Le traen el desayuno a mi madre. 
10:00 h. Levanto a mi madre a escondidas y la llevo al baño...
10:20 h. Bajo a tomarme un café rápido de desayuno, no vaya a ser que pasen los médicos cuando no estoy. La cafetería para el personal, separada por un biombo de la de los de la calle, está llena de lo que parecen ser médicos de todas las edades. Parecen desayunar plácidamente, sin prisa, con muchas risas.
11:10 h. Vuelvo a la Planta. Nadie ha venido todavía.Ya he llamado a mi trabajo a avisar que no puedo ir hoy tampoco. Menos mal que no falta nadie más y que parece que se apañarán sin mi. Voy al control de enfermería a preguntar. Me dicen que si quiero puedo ir a la sala de los médicos a preguntar.
11:15 h. En la sala de médicos hay tres médicos en animada charla, uno mayor de barbas y otros dos, un chico y un chica, jovencitos, todos con sus batas blancas. Explico que necesito que me den información acerca de cómo ha salido todo y de lo que va suceder con mi madre, vamos, que si le van a dar el alta o no. Dice el más mayor, con un tono severo, autoritario, que ahora empiezan la visita, que han estado "muy ocupados hasta ahora".
11:30 h. Por fin vienen los tres médicos. Nos echan de la habitación a los acompañantes. Le digo al mayor que es mejor que yo me quede porque mi madre es muy sorda, no lleva su aparato y no se va a enterar de nada. Dice que no, que espere fuera. Al rato sale y me dice a toda prisa, en el pasillo, delante de todos los acompañantes y visitantes que están en el pasillo,  que mi madre está bien y que le darán el alta.Le pido que me explique qué tal ha ido la intervención y comenta que no tiene los detalles, que "luego los mirará". Pregunto cuándo nos dará el alta y dice que a última hora de la mañana. Pido que sea antes, porque tengo muchas cosas que organizar en casa. Me dice, con un tono de superioridad y gravedad, apoyado por la médica más joven, que "están muy ocupados", "tienen muchas cosas que hacer" y que lo hará "cuando pueda". Se dan la media vuelta y se van sin permitirme ningún comentario más. Mi madre me dice que no se acuerda bien de lo que le han dicho, que se ha puesto nerviosa y ha dicho a todo que sí y listo.
13:45 h. Estoy, un vez más,desesperada. Vuelvo al control de enfermería a preguntar.  De pronto veo aparecer al médico mayor y le pregunto si ya está el informe y el alta. Me dice que baje a Secretaría a ver si ya lo han terminado y que, si está, que lo llamen. Alla voy. Afortunadamente..., estaba. Viene al rato y lo firma.
14:20 h. ¡¡Por fin, nos vamos a casa!! ¿Qué habremos hecho para merecernos todo esto?...
15.25 h.  Tirada en el sofá leo, por fin, el informe de esta aventura. Sorpresa: con la dichosa CPRE no lograron encontrar, por ningún sitio, el famoso cálculo biliar. Ahora mi madre está preocupada por si "se habrá ido para otro sitio y tendrá que volver a hacerse todo otra vez"...

Imágenes: Óleos sobre lienzo de Luigi Pellanda

5 comentarios:

  1. Excelente relato. En el año 2000 me hicieron a mí una CPRE. Al salir del quirófano me dieron dieta normal "porque nunca pasa nada". Tuve una pancreatitis.
    Todos seremos pacientes y familiares de pacientes alguna vez. Que ningún "estirao" lo olvide.
    Saludos

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  2. Agotador...parece una película de intriga constante, desasosiego, desespero, pero es la vida real y además se añaden tintes de indignación a medida que lo lees, aunque seas médico, pues eso le puede pasar a CUALQUIERA de nosotros.

    Realmente, desde fuera del mundo médico, quien leyera esto nos cogería una manía tremenda. Desde dentro, da pena y también indigna pues esa es la imagen que le queda a la gente: prepotencia y deshumanización; la gran mayoría de las veces no somos así aunque si podemos perder, en ocasiones, esa mínima sensibilidad para ponernos en la piel del otro.

    Estamos tan maltratados (y que conste que no sirve de excusa pero puede explicar algunas cosas) que, a veces, proyectamos sobre las personas lo que recibimos día a día. Un círculo vicioso. Nos corresponde romperlo pues respecto a la población partimos de una posición de superioridad.
    Siento decir esto, pero en la primaria no pasa tanto: existe más confianza, en todos los sentidos, y el "exceso de respeto" que se tiene con algunos se convierte en cierta "minusvaloración" y, algunos, se ven con el poder de liberar su rabia hacia el médico de familia.
    Aceptad la visión subjetiva de un médico de familia. ¡Cuánto por cambiar y mejorar! Otra forma de recuperar el respeto por la profesión médica es evitar que esas cosas pasen.
    Felicito a la profesora de ESO que describen tan detalladamente su historia hasta el punto de inspirar este rollo, a estas horas.

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  3. Hemos olvidado el sufrimiento del paciente en hospital,la ansiedad o el temor,la incertidumbre.Lamentablemnete este relato se puede extrapolar en distintos ámbitos asistenciales y de manera cotidiana.Sufren los más débiles,encuentran más dificultades y barreras los más débiles.

    Filo

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  4. No sé como funcionan las cosas en el SAS, pero desde luego en el SACyL las cosas son diferentes. Todo paciente para CPRE es informado de que el procedimiento conlleva al menos 24 horas de ingreso, dieta absoluta durante esas 24 horas y un período posterior de tolerancia.
    Que haya médicos prepotentes no lo discuto, pero la mayoría no son así. Esto parece una película de miedo y suspense, detrás de los médicos y de la información...
    Por cierto, que todo el mundo tiene derecho a un período de descanso en su tiempo de trabajo, que el estatuto de los trabajadores fija en 15 minutos durante la jornada de mañana. Y que la susodicha vea a los médicos sentados hablando en el despacho no quiere decir que no estén haciendo nada; lo primero, le recuerdo que si son residentes en ese hospital aparte de la asistencia médica se realizan tareas de formación y docencia. A todos nos gustaría que el médico nos atendiera de inmediato, dicho y hecho, simplemente porque lo pedimos... y no estuviera a otras cosas.
    De todas formas no desespere, pronto implantaremos un sistema similar a Grecia y Portugal, y entonces cada vez que quiera hablar con el médico, por un módico precio, quien sabe si 5-10 euros, se personará raudo y diligente y entonces veremos si le busca con tanto ahínco...

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