Este ha sido un largo silencio motivado por muchas razones muy diferentes. Pero creo que hay que volver. Quiero tratar de contribuir a mantener la esperanza colectiva, la reflexión crítica, sosegada y rabiosa al mismo tiempo, en estos momentos complicados, donde la economía parece haber vencido a la Política, la mentira a la Ética y la demagogia a la Retórica. Es tiempo, por tanto, de reafirmar las Resistencias que hace ya 8 años urgía Ramonet. O como decía mi querido Emmanuel Mounier, manifestándose en 1949 en contra de la creación de la OTAN, "contra esta guerra ha llegado esta vez el tiempo de los insurrectos.
Pero comenzamos la vuelta y el año recien estrenado con la pérdida de uno de nuestros referentes clave en el mundo de la bioética española, un permanente insurrecto: el P. Francesc Abel , que falleció el 1 de Enero de este mismo año 2012.
Abel, a quien no tuve la fortuna de tratar en profundidad, fue uno de los pioneros de esa fecunda bioética que, desde referentes católicos inspirados por la Teología Moral renovada del Concilio Vaticano II -hoy tan denostado- , facilitó a personas creyentes y no creyentes un terreno común en el que debatir, compartir y discrepar razonadamente sobre los problemas éticos de la biomedicina. Su principal legado, el Instituto Borja de Bioética, sigue siendo hoy en día un lugar clave para todos los que andamos por estos pagos de una bioética crítica y plural.

Hoy, sin Abel, estamos más huérfanos. Necesitamos más gente como él y confiamos en que el Instituto Borja seguirá siendo un semillero de nuevos insurrectos. Los necesitamos, hoy más que nunca.
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