lunes, 21 de enero de 2013

El nuevo Comité de Bioética de España: piensa en una gaviota



Dice G. Lakoff en su famoso libro, “No pienses en un elefante”, que dos de los temas morales que enmarcan el pensamiento conservador son la oposición frontal al matrimonio entre personas del mismo sexo y la condena del aborto. A quien le haya tocado vivir en vivo y en directo, como a quien esto escribe, la última campaña electoral estadounidense puede dar fe de que estas dos cuestiones siguen siendo altamente sensibles en aquel país y constituyen puntos muy calientes del debate político


 Aunque los socialistas de Zapatero, que leyeron en su día el libro y los consejos de Lakoff, no aprendieron de él todo lo que debían, de esto sí que parece que tomaron nota. Por eso, puesto que en muchas políticas públicas económicas y sociales reales no podían diferenciarse demasiado de sus oponentes conservadores, utilizaron estos dos puntos para enmarcar su propio discurso como “progresista”.  Así, la primera legislatura de Zapatero fue la del primer punto y la segunda...., la del segundo. En el último tramo final aún trataron de añadir un tercer punto moral "progresista", a la desesperada, el de la "muerte digna". Pero lo hicieron de una manera tan mediocre y electoralista que no podía salir bien...
  
Ahora, en esta nueva época que nos toca vivir, el conservadurismo radical que nos gobierna quiere tomarse la revancha ideológica y desandar lo andado antes. Sin duda necesitan demostrarse ellos mismos y demostrarnos a todos, especialmente a sus votantes, lo fieles que siguen siendo al ideario ultraconservador pese a todas las mentiras, traiciones y fracasos que los atenazan desde el 21N pasado.

El primer problema con el que se han encontrado en esta operación de reconversión moral resultaba obvio a poco que se analizase: el matrimonio entre personas del mismo sexo había generado tal cantidad de derechos concatenados, que no se podía revertir tan fácilmente sin producir un caos jurídico, civil y administrativo. Además, el discurso de aceptación de este derecho había ya penetrado en las mismísimas filas del partido conservador, con hechos y dichos públicos de apoyo a su reconocimiento por parte de algunos de sus destacados dirigentes. Por último, era y es obvio que la tendencia europea y norteamericana va en sentido contrario. 

Resultaba claro, pues, que el Tribunal Constitucional, todavía no totalmente controlado además por el ala conservadora, no podría satisfacer las ansias de la facción más radical y rancia del partido gobernante y de la Iglesia oficial. El resultado, para huir del "abismo legal" al que estabamos abocados con una sentencia contraria, era previsible y salió lo que tenía que salir.

Por tanto, estando también ya enterrado y olvidado por todos el debate sobre la "muerte digna", sólo les queda otra pieza moral a batir: el aborto. Esta pieza ideológica es aún más importante que la anterior para el sector “tea party” del partido gobernante y para la jerarquía eclesiástica. Es más visceral y de más calado moral: esta pieza sí que no pueden permitirse el lujo de perderla. Por eso, para cobrársela se ha iniciado ya una gran operación política. Es clave la próxima remodelación del Tribunal Constitucional, que consolidará en la próxima primavera una clara mayoría conservadora. Y es clave, tanto para este Tribunal como para la batalla en la opinión pública que tiene que dar el gobierno, contar con un informe que avale “éticamente” el recorte que propugna el Ministro de Justicia, antaño disfrazado de "liberal".




Y ahí es donde entra en juego la reciente remodelación del Comité de Bioética de España.  La historia de este Comité es desgraciada. La mediocre administración socialista lo ninguneó y lo minusvaloró desde su creación. Nadie entendió entonces -ni entiende todavía hoy- que un Comité de Ética potente e independiente es un elemento importante para generar una ética cívica pública, para alimentar debate crítico ciudadano, para incrementar el pluralismo y apuntalar la democracia. El gobierno socialista jamás consultó al Comité para nada, ni siquiera para que opinara sobre la reforma del aborto. El Comité opinó por propia iniciativa, llevado por la convicción de que era su responsabilidad el hacerlo. Pero también hay que decir que, al menos, el gobierno socialista jamás intentó instrumentalizarlo a su favor. No sabemos si fue por miedo, por ignorancia o por convicción. Pero lo cierto es que no lo hizo.

Sin embargo todo apunta a que el actual gobierno tiene claro que el Comité debe ser una herramienta totalmente al servicio de su proyecto moral radical, donde la reforma del aborto es crucial. Ven al Comité como una pieza de la maquinaria de la reconversión moral de este país que el gobierno ha diseñado por y para nosotros, los españoles. Por eso, a diferencia de sus oponentes socialistas, el gobierno conservador sí utilizará el Comité para su propósito. Y por ello lo primero que ha hecho es expurgar totalmente al Comité anterior de una forma bastante indigna y configurar un Comité nuevo, totalmente a su medida. El nuevo Comité, plagado de comisarios morales -aunque con honrosas excepciones, como Manuel de los Reyes, persona de exquisito talante y gran prudencia moral, pero que está muy solo ante el peligro- hará lo que quiere el gobierno y recibirá su aplauso. Pero, en el camino, la ética plural lo habrá abandonado. El Comité se habrá ganado el cielo, pero habrá perdido el alma.




Una versión resumida de este post fue publicada por el diario El País el 1 de Febrero de 2013.


Imágenes: Oleos de Dorothea Tanning.

9 comentarios:

  1. Como siempre magnífico.
    Estos quieren un Comité "como dios manda"....

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  2. Estoy de acuerdo en todo lo que dices, menos en una frase: "el antaño liberal ministro de justicia".
    Creo que Gallardón lo que ha sido es más educado y menos cafre que gran parte de su partido. Si lo comparamos con otros líderes locales, nacionales y regionales del PP, ha sabido guardar las formas y, en efecto, caer mejor a la gente normal y sensata que muchos de sus congéneres. Siendo presidente de la Comunidad de Madrid no actuó con el sectarismo que se pudo permitir Esperanza Aguirre.
    Simplemente el y su partido estaban aguardando su momento, ahora se ha quitado la careta y está haciendo lo que el ambiente social no les había permitido hacer hasta ahora.
    No es lo mismo gobernar Madrid o España en 1995 que en 2012, y lo saben. Su control de los medios de comunicación es absoluto, lo mismo que del gobierno, autonomías, municipios, judicatura, policía, etc. Han creado una "tormenta perfecta", y nadie nunca ha tenido tanto poder en sus manos como ahora el PP, que lo culminará con el control del Constitucional, que tuvo bloqueado durante toda la legislatura de ZP, con vistas a lo de ahora.
    Además, se trata de dar una batalla moral que distraiga al público más concienciado y militante del debate real (la pérdida de derechos sociales y económicos). Si es que queda alguno...

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    1. Es cierto que la frase del post podía inducir a confusión. Por eso la he corregido. Yo tampoco he creído nunca que Gallardón fuera un liberal, sino un lobo cínico disfrazado con piel de manso liberal. Creo que ahora el post es más claro. ¡¡Gracias!!

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  4. Una lectora me ha hecho llegar su comentario poque, al parecer, ha tenido dificutlades para subirlo. Lo hago yo en su lugar.

    "No me parece correcto abordar el tema de los derechos civiles desde una posición exterior, y juzgar las leyes adoptadas como "piezas" de la izquierda o de la derecha. El derecho al matrimonio entre homosexuales o es derecho o no lo es. La ley de interrupción del embarazo, es una ley pendiente desde los años 80 y simplemente homologó la capacidad de decisión de las mujeres españolas a la de otros países de la Comunidad Europeo. Este hecho no es una pieza arrojadiza para cubrir de un manto progre a un gobierno.
    El Comité de Bioetica es una voz más en la democracia, eso sí un voz experta, pero no suplanta a la mayoría de edad de los españoles. En este sentido, hay un clamor de una mayoría de la sociedad española de sacudirse la tutela eclesiástica en todos los temas que tienen que ver con la vida privada y la sexualidad.
    El gobierno de Zapatero, aunque no consultara al Comité de Bioetica, hizo una política acorde con la mayoría de edad de los españoles, una política en la que la ética de máximos católica no debe gobernar la sociedad española. Se aprueba así una ética de mínimos que no nos obliga a quienes somos católicos pero sí seculariza este ámbito de decisiones sobre la sexualidad, maternidad y vida familiar. Muchos consideramos, aunque no estamos en el Comité de Etica, que era necesaria, urgente, acertada y oportuna".

    Por mi parte decir que mi post no reduce el tema a derechas o izquierdas. Yo también creo, y así lo digo, que es una cuestión de ética cívica y de derechos. Lo que muestra el post. es cómo los partidos políticos utilizan esa cuestión como estrategia política y hasta donde están dispuestos a llegar con ella.

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  5. Qué decepción.... como siempre, se utiliza la demagogia y los comentarios tendenciosos... Conste que me importa un bledo la política (tal y como la tenemos en este país) y en ese aspecto no tengo nada que decir porque no me siento afín a ninguno de los principales partidos, aunque siempre me ha llamado tremendamente la atención el significado que se da habitualmente a las palabras "conservador" y "progresista"...
    Lo que realmente me preocupa y me sorprende es con que frialdad se habla del aborto... Sobra decir que estoy totalmente en contra, y no porque me lo diga ninguna doctrina ni por el famoso "conservadurismo", sino porque no encuentro ningún motivo racional que lo justifique (pero esto sería otro debate). Entiendo que haya gente que no piense como yo, pero lo que me parece más duro es la forma en la que se habla al respecto: o piensas que el aborto es un derecho de la mujer, bla,bla,bla, o automaticamente eres "conservador" en su aspecto peyorativo, eres homófobo, xenófobo, todos lo "ofobos" del mundo, un radical de la Iglesia...
    Por supuesto que es un escándalo que un partido político manipule el Comité de Bioética, pero es que la forma en que está escrito el post tiene tela...
    Repito: decepcionante

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  6. Gracias por participar en el blog y enviar un comentario. Lamento que la entrada te haya decepcionado. Me hubiera gustado que no te hubiera pasado. También me hubiera gustado que, más allá de una mera expresión de sentimientos -que respeto- hubieras desgranado en tu comentario de una forma más clara y precisa los argumentos por los que no estás de acuerdo con lo que digo. De lo contrario, quizás no logremos salir nunca de la demagogia, ni unos ni otros. En cualquier caso, un saludo y, repito, gracias.

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    1. Gracias a ti también por tu respuesta. El motivo por el que no he precisado más, es por que entiendo que mi comentario realmente no trata sobre lo que quieres hablar en tu post...Es decir, el hecho de que el Comité de Bioética esté manipulado por cualquier gobierno me parece fatal, y en eso estoy totalmente de acuerdo contigo.Y enfocar el tema sobre el aborto, que es lo que a mi me importa, sería iniciar otro debate...
      Pero si quieres puedo concretar algunas frases que me parecen tendenciosas:
      "tomarse la revancha ideológica y desandar lo andado antes": esta frase, escrita de esta manera, tiene una connotación evidentemente negativa. Andar es mejorar, progresar, todo lo contrario a retroceder, "desandar"... Sinceramente creo que el PP utiliza el aborto para fines electorales (soy médico de familia en madrid y vivo muy de cerca la realidad del aborto, y puedo decir que nunca ha habido voluntad ni tan siquiera de controlarlo, ni de que se cumpliera la ley...), pero tú no hablas de esto. Simplemente parece que el hecho de que se retome el aborto es "desandar lo andado", como algo retrógrado... O como cuando dices que como con el matrimonio homosexual no se pueden meter, y lo de la muerte digna no es tema de debate, van a por el aborto, porque "sólo les queda otra pieza moral a batir". Sinceramente yo leo esta frase y parece como si fuera estúpido planterase ya siquiera el tema del aborto, como si estuviera ya todo resuelto y claro desde el punto de vista moral... Y ¿qué me dices de esta otra frase: "de su proyecto moral radical, donde la reforma del aborto es crucial". Ahora somo radicales (siempre en su connotación más positiva, cómo no) los que nos planteamos el aborto.
      Y por último un poco de demagogia: "la ética plural lo habrá abandonado". ¿Es que ahora hay ética plural?. Pues dime dónde tengo que ir para verla porque ya estoy harta de que simplemente el hecho de replantear temas tan importantes como el aborto me haya supuesto sentirme acorralada y juzgada como retrógrada y "radical".
      Sinceramente creo que el aborto no es un problema de leyes, sino mucho más profundo, de valores, en una sociedad en la que algo que no gusta, o que no funciona se tira, en una sociedad que se rige por las "eficiencias", donde los niños, los mayores, los discapacitados... son una carga y se "desechan"...Pero esto no existe porque nos dedicamos a taparlo y maquillarlo. Y, mientras tanto, PAROXETINA Y LORAZEPAM A TUTIPLEN!!!

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  7. Querido Pablo, me sorprende tanto la composición del actual Comité Nacional de Bioética como en su momento me sorprendió la (casi) unanimidad del anterior Comité en su cálida valoración del aborto. Cierto es que este tema ha sido abanderado por las posturas más reaccionarias, pero no nos equivoquemos, la oposición al aborto no es causa suficiente para ser un ultraconservador. El debate es mucho más delicado, y tú lo sabes. Personalmente no me cuesta prestar mi apoyo para normalizar los matrimonios del mismo sexo, para habilitar cauces de muerte digna o para asentir al progreso positivo que se deriva de las técnicas de reproducción asistida, por poner tres ejemplos que no se ajustan al nacional-catolicismo de manual. Pero el aborto es otra historia, Pablo. Más allá del conflicto ideológico está el ético, y es sin duda el que más nos debiera ocupar y preocupar.

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