sábado, 19 de junio de 2010

Una ventana: el azote

¿Dónde está la ventana por la que el pájaro que cruza entra en la sala de la vida? Este es un enorme debate permanentemente abierto, siempre de actualidad.

Quizás la posición más conocida es la que actualmente defiende la Iglesia Católica oficial –digo actualmente porque en siglos pasados defendió otra-. Esta posición afirma la identidad personal del óvulo fecundado, es decir, que el embrión de un día de vida ya es equivalente a una persona adulta.

Aparte de que los nuevos datos que cada día nos proporciona la biología del desarrollo embrionario restan base sólida a dicha posición, hay otras razones que apuntan a lo poco acertado de dicho argumento. Un motivo, que ya es antiguo, es de tipo consecuencialista y ha sido magníficamente reactualizado por el Profesor Toby Ord, del Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Oxford, en un artículo titulado “The scourge”, “El azote”.

Es muy sencillo: si aceptamos que al óvulo fecundado tenemos que atribuirle el mismo estatuto ético y jurídico que a las personas adultas, entonces estamos obligados a hacer todos los esfuerzos posibles para proteger su vida, lo mismo que hacemos con las personas adultas.

Pues bien, la principal causa de muerte embrionaria es el aborto espontáneo. Las tasas de aporto espontáneo, que son muy elevadas en los primeros días de vida embrionaria –casi el 50% de los óvulos fecundados- decrecen de manera progresiva hasta estabilizarse, en torno a la semana 12ª de vida embrionaria, cuando parece que el feto adquiere una estabilidad biológica adecuada.

Lo que dice Ord es que, si nos creemos el argumento del carácter personal del óvulo fecundado, entonces estamos moralmente obligados a emplear todos los medios que podamos para limitar el azote (“scourge”) de esa epidemia mortal que se llama aborto espontáneo y que acaba con la vida de millones de personas al año en el mundo entero, precisamente de las personas más indefensas que no pueden hacer nada para protegerse o salvarse. Exige, por ejemplo, invertir miles de millones de euros, primero en investigación y luego en asistencia sanitaria, para ver cómo podemos limitar esa masacre.

Obviamente la causa más frecuente del aborto espontáneo es la inviabilidad biológica por defectos genéticos o estructurales, es decir, por “selección natural”. Pero espero que nadie use ese argumento naturalista como disculpa, porque de él se deducen entonces consecuencias de corte eugenista que seguramente no gustarán mucho al mismo que lo utiliza.

Que cada uno saque sus conclusiones….

Cita: Ord T. The Scourge: Moral Implications of Natural Embryo Loss. The American Journal of Bioethics, 8(7): 12–19, 2008
Imagen: Cuadro de Frank C  Moore 

2 comentarios:

  1. Pablo, me alegra mucho que te hayas animado a tener tu propio blog, siempre tienes cosas interesantes que contar y por aquí tendremos la oportunidad de leerlas :).
    Enhorabuena y por aquí me tendrás de visitante con frecuencia, me han gustado mucho tus dos primeros post :)

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  2. Hombre, Pablo, tú por aquí, cuánto tiempo... un abrazo grande y mi sincero agradecimiento por el animado debate que hemos mantenido en Iglesia Viva. Creo que, lamentablemente, no llegaste a recibir mis últimas correcciones al texto, tal y como finalmente fueron publicadas. En ellas aportaba la referencia de una reciente encuesta CIS donde se observa la importante división en la sociedad española con respecto a la postura frente al aborto, y también matizaba un poco la idea que tan poco te gustó, acerca de las limitaciones de instituciones tan necesarias como el estado o la constitución. Probablemente no expliqué bien mi postura, que en ningún caso pasa por tratar de equiparar la voz de la Iglesia con la fuerza del consenso entre creyentes y no creyentes que aporta la Constitución. Dicho en pocas palabras, lo que me preocupa es ese discurso aceptado en muchos círculos que "sataniza" la opinión simplemente por tener un origen religioso y que no duda en "sacralizar" otras instituciones humanas, con muchos aciertos pero también preñadas de no pocas injusticias en sus normativas y articulados. Cambiando de tercio, me hubiera gustado algún comentario sobre algunos temas centrales de mi argumentación, y que quedaron en el tintero: estoy hablando de las razones concretas para escoger la semana 14 y 22 como fronteras entre lo personal y lo no personal, y de tu valoración sobre el perfil-tipo de la mujer española que aborta. Asumiendo contigo que determinar el momento en que el pájaro cruza la ventana no es cosa fácil, no creo que acudir al ejemplo del momento de la muerte nos ayude en exceso, sobre todo por el hecho de que, mientras con el feto nos jugamos toda una biografía por delante, "anticipar" el momento de la muerte según criterios cerebrales en vez de cardiacos afectará a dilemas éticos importantes, como posibilidades de trasplante, limitación del esfuerzo terapéutico, etc, pero bien poca relevancia tienen con respecto a la certeza de una vida personal que se agota irremediablemente, tómándose criterios neurológicos o cardiorespiratorios. Y qué decir del argumento consecuencialista de Ord... Estando mi mujer embarazada de mi primera hija, Violeta, sufrió una amenaza de aborto. Te puedo asegurar, Pablo, que cuidar esa vida me importaba tanto como si de otro familiar se tratara. Los médicos indicaron progesterona y otros tratamientos, todo lo posible en función del gran desconocimiento existente sobre este problema, pero a donde quiero llegar es aquí: ¿se trata o no de un problema de salud que afecta a una vida humana? La amenaza de aborto es una realidad que no sólo afecta a los embriones, sino a los padres que sufren mucho sus consecuencias ¿es necesario investigar y destinar más dinero a este problema de salud? Pues probablemente sí, a la vista del mucho dinero invertido inútilmente en la quinta estatina o el décimo sartan para patologías bien conocidas y tratadas. Valórense, pues, las consecuencias, pero en este punto decididamente soy más latino que anglosajón. Ya termino, no preocuparse... ;D Sólo reiterar la necesidad de conocer tu visión acerca de las bondades concretas de la semana 14. ¿verdaderamente no se trata de morfología? Leyendo el documento del IBB y tu mención posterior sobre el momento de la organogénesis uno tiende a pensar fácilmente lo contrario. No basta explicar que "se han acumulado suficientes datos", necesitamos saber cuáles son, para poder dilucidar si son tan emotivo-irracionales ;D (o más) que el criterio de implantación. Por cierto, si no me equivoco, la intercepción no es un simple eufemismo, porque la definición de aborto, clínicamente hablando, sólo puede ser considerada al hablar de un embrión implantado, es decir, cuando existe una gestación propiamente dicha. Por lo tanto, aquella intervención previa a la implantación con ánimo de detener la vida de un embrión será otra cosa pero no aborto. Y ahora sí que sí, un abrazo y nos vemos por estos caminos virtuales, cruzando tu ventana de cuando en cuando…

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