miércoles, 12 de marzo de 2014

Venta de pruebas genéticas de forma directa al consumidor (Artículo SJCB 2014;1:13-23)



Simón-Lorda P, Ayuso-García C. Venta de Pruebas Genéticas de forma directa al consumidor: consideraciones históricas, éticas y jurídicas. Spanish Journal of Critical Bioethics 2014;1:13-23.

Este artículo está disponible en:
El problema de la venta de pruebas genéticas ya fue abordado en este blog hace 4 años, en el post "¡Pon un test genético en tu vida!". Aquello fue el inicio de un largo proceso de indagación sobre este tema, que de alguna manera culmina con la publicación de este artículo.

Por el camino queda el intento de que el Comité de Bioética de España se pronunciara sobre esta materia, cosa que Carmen Ayuso, por aquel entonces también vocal del Comité como yo mismo, apoyó abiertamente. El artículo que se publica hoy fue, en su origen, un primer borrador de un informe para el Comité. Diversos avatares impidieron que finalmente cuajara esta iniciativa. Fue entonces cuando decidimos convertirlo en el texto que ahora ve la luz.

Como no podía ser de otra manera, antes de convertirse en el segundo artículo publicado en el Spanish Journal of Critical Bioethics, el artículo fue remitido a la prestigiosa revista Medicina Clínica, que lo rechazó de manera inmediata mediante la siguiente carta:

Apreciado  Dr.Med. Simón-Lorda:
El Comité de Redacción de Medicina Clínica ha estudiado detenidamente su trabajo  "Venta de pruebas genéticas de forma directa al consumidor: consideraciones históricas, éticas y jurídicas." (Ref. MEDCLI-D-13-00849)y lamenta comunicarle que no puede ser aceptado para su publicación en nuestra Revista.
Medicina Clínica está publicando una serie sobre Investigación y Bioética donde directa o indirectamente se abordan bastantes aspectos que se incluyen en su trabajo.
En espera de poderles complacer en una próxima ocasión, le saluda atentamente.
Dr. Rey-Joly
Editor Asociado de Medicina Clinica.

Claro, basta darse una vuelta por la serie que cita el querido editor para darse cuenta de que no tiene nada que ver con lo que se analiza en este artículo. Así que uno se pregunta realmente en qué consistió el "detenido" estudio que, de nuestro texto, hizo el agudo Comité de redacción de esta impactante revista...

Imágenes: Óleo de Andrew Wyeth

martes, 11 de febrero de 2014

Willowbrook (Artículo SJCB 2014;1:1-12)


Simón-Lorda P, Barrio-Cantalejo IM, Peinado Gorlat P. El caso Willowbrook: ética, investigación y salud pública. Spanish Journal of Critical Bioethics 2014;1:1-12.

Este artículo está disponible en:

Este texto, antes de convertirse en el primer artículo publicado en el Spanish Journal of Critical Bioethics, fue remitido a dos revistas que lo rechazaron.

Primero se envió a la Revista Española de Salud Pública, que decidió rechazarlo en base al informe de un sólo revisor.

El texto del correo de la Editora de la Revista decía lo siguiente: 

Estimado Sr
En relación con su trabajo titulado EL CASO WILLOWBROOK: ÉTICA, INVESTIGACIÓN Y SALUD PÚBLICA le comunicamos que el comité de redacción de la Revista Española de Salud Pública no ha considerado idónea su aceptación teniendo en cuenta el informe de evaluación que le adjuntamos.
Un cordial saludo,
Cristina Pérez Andrés
Revista Española de Salud Pública
Paseo del Prado, 18-20
28071 Madrid


El informe al que hace referencia está disponible:

En segundo lugar se remitió a la Revista Panamericana de Salud Pública /Pan American Journal of Public Health, que lo rechazó con estas palabras


Estimado Dr. SIMON-LORDA:
Su manuscrito 2013-00760 titulado "EL CASO WILLOWBROOK: ÉTICA DE LA INVESTIGACIÓN E HISTORIA DE LA SALUD PÚBLICA" fue cuidadosamente evaluado para su publicación en la Revista Panamericana de Salud Pública/Pan American Journal of Public Health y se decidió no aceptarlo. Si bien es un tema relevante y pertinente, la mayor parte del manuscrito se dedica a información ya suficientemente publicada y conocida (los experimentos de Krugman) y a la controversia ética, sin mayores aportes analíticos. Es recién en las últimas 2-3 páginas donde se profundiza más. Aunque se trata de un tema "histórico", el problema ético es de gran actualidad, lo que no queda respaldado con la bibliografía utilizada (solo 2 de 30 referencias son de los últimos 3 años).
Sentimos que en esta ocasión nuestra decisión haya sido negativa; sin embargo, esperamos que en otra oportunidad considere nuevamente nuestra revista como posible vehículo para diseminar sus investigaciones.
Atentamente,
Dr. Damián Vázquez
Editor Ejecutivo
Revista Panamericana de Salud Pública/Pan American Journal of Public Health



Y no dudo de que ambos esforzados editores tenían razón: a fin de cuentas, ¿para qué nos sirve conocer la historia, si parece que siempre estamos dispuestos primero a olvidarla y luego a repetirla?
 





Imágenes: Óleo de Urbano Lugris

lunes, 10 de febrero de 2014

Spanish Journal of Critical Bioethics


Como me he hecho seguidor de Randy Schekman, he decidido no someterme más a la dictadura obscena de la publicación científica. El proceso de mercantilización y privatización de todas las esferas de la vida humana, algo típico del capitalismo avanzado, ha alcanzado también a esta antiguo reducto de la búsqueda de la Verdad y ya no voy a colaborar más.


La nueva moneda se llama Factor de Impacto. Por acumularla se está dispuesto a casi todo, a una competencia feroz. Con ella compramos "proyectos de investigación competitivos", "plazas de profesor universitario", "tramos de investigación", "incentivos", etc, etc..

Pero aunque reluzca como el oro, es una moneda falsa, una trampa como la de las preferentes, creada con engaño en los fogones de quienes alimentan el sistema.

El Señor de estos Anillos es una empresa privada con no pocos intereses.  Y sus banqueros son los Comités Editoriales de las revistas científicas, que amparan su gestión en la presunta "calidad ", "objetividad" y "neutralidad" del "peer review".

Pero el "peer review" ha muerto, seguramente de éxito y ya no puede cumplir todo eso que promete.

Aunque algunas veces sus protagonistas sean bienintencionados y esforzados colegas que te ayudan con sus revisiones, en muchas otras son meros oportunistas que ni hacen "peer" ni hacen "review".

Me he cansado de que rechacen mis artículos con excusas tontas, falaces o malintencionadas, mientras esa misma revista publica artículos de vomitiva calidad.

Me he cansado de tener que contestar comentarios absurdos de "peer reviewers" que apenas se han leído lo escrito o lo han interpretado mal o, simplemente, no saben lo que dicen -aunque con frecuencia lo dicen con prepotencia y  a veces en inglés-. Me aburre el "peer review" que me dice que "debería repasar el texto escrito en inglés para mejorar la calidad del lenguaje", cuando ya pagué una fortuna para que el artículo me lo tradujera un experto traductor inglés nativo antes de enviarlo a la revista en cuestión... Y así, sin fin. 

No necesito ganar Factor de Impacto, no lo necesito ni lo quiero. La Universidad española ha dejado de interesarme y la investigación competitiva también.

Es verdad: lo que puede estar sucediendo es que, sin más, ya no escriba bien, que mis artículos sean malos, poco interesantes o poco inteligentes. Puede ser. Pero prefiero que sean los lectores los que lo decidais y no una tribu de mercenarios del Factor de Impacto.

Así que he fundado mi propia cabecera para publicar mis propios artículos:  el  Spanish Journal of Critical Bioethics (SJCB). Seré su director, editor, "peer reviewer", autor y, quizás, su único lector. Pero en ella verteré libremente lo que leo, pienso, aprendo, siento y sé. Será sólo una cabecera porque no habrá revista como tal, sino sólo artículos publicados bajo ese nombre. Tendrá acceso libre desde las páginas de este blog, bajo una licencia Creative Commons.

Su periodicidad será..., cuando el pájaro que cruza, buenamente pueda.

En esto estamos. Ya pues.

Imagenes: Óleos de Arnau Alemany


lunes, 21 de enero de 2013

El nuevo Comité de Bioética de España: piensa en una gaviota



Dice G. Lakoff en su famoso libro, “No pienses en un elefante”, que dos de los temas morales que enmarcan el pensamiento conservador son la oposición frontal al matrimonio entre personas del mismo sexo y la condena del aborto. A quien le haya tocado vivir en vivo y en directo, como a quien esto escribe, la última campaña electoral estadounidense puede dar fe de que estas dos cuestiones siguen siendo altamente sensibles en aquel país y constituyen puntos muy calientes del debate político


 Aunque los socialistas de Zapatero, que leyeron en su día el libro y los consejos de Lakoff, no aprendieron de él todo lo que debían, de esto sí que parece que tomaron nota. Por eso, puesto que en muchas políticas públicas económicas y sociales reales no podían diferenciarse demasiado de sus oponentes conservadores, utilizaron estos dos puntos para enmarcar su propio discurso como “progresista”.  Así, la primera legislatura de Zapatero fue la del primer punto y la segunda...., la del segundo. En el último tramo final aún trataron de añadir un tercer punto moral "progresista", a la desesperada, el de la "muerte digna". Pero lo hicieron de una manera tan mediocre y electoralista que no podía salir bien...
  
Ahora, en esta nueva época que nos toca vivir, el conservadurismo radical que nos gobierna quiere tomarse la revancha ideológica y desandar lo andado antes. Sin duda necesitan demostrarse ellos mismos y demostrarnos a todos, especialmente a sus votantes, lo fieles que siguen siendo al ideario ultraconservador pese a todas las mentiras, traiciones y fracasos que los atenazan desde el 21N pasado.

El primer problema con el que se han encontrado en esta operación de reconversión moral resultaba obvio a poco que se analizase: el matrimonio entre personas del mismo sexo había generado tal cantidad de derechos concatenados, que no se podía revertir tan fácilmente sin producir un caos jurídico, civil y administrativo. Además, el discurso de aceptación de este derecho había ya penetrado en las mismísimas filas del partido conservador, con hechos y dichos públicos de apoyo a su reconocimiento por parte de algunos de sus destacados dirigentes. Por último, era y es obvio que la tendencia europea y norteamericana va en sentido contrario. 

Resultaba claro, pues, que el Tribunal Constitucional, todavía no totalmente controlado además por el ala conservadora, no podría satisfacer las ansias de la facción más radical y rancia del partido gobernante y de la Iglesia oficial. El resultado, para huir del "abismo legal" al que estabamos abocados con una sentencia contraria, era previsible y salió lo que tenía que salir.

Por tanto, estando también ya enterrado y olvidado por todos el debate sobre la "muerte digna", sólo les queda otra pieza moral a batir: el aborto. Esta pieza ideológica es aún más importante que la anterior para el sector “tea party” del partido gobernante y para la jerarquía eclesiástica. Es más visceral y de más calado moral: esta pieza sí que no pueden permitirse el lujo de perderla. Por eso, para cobrársela se ha iniciado ya una gran operación política. Es clave la próxima remodelación del Tribunal Constitucional, que consolidará en la próxima primavera una clara mayoría conservadora. Y es clave, tanto para este Tribunal como para la batalla en la opinión pública que tiene que dar el gobierno, contar con un informe que avale “éticamente” el recorte que propugna el Ministro de Justicia, antaño disfrazado de "liberal".




Y ahí es donde entra en juego la reciente remodelación del Comité de Bioética de España.  La historia de este Comité es desgraciada. La mediocre administración socialista lo ninguneó y lo minusvaloró desde su creación. Nadie entendió entonces -ni entiende todavía hoy- que un Comité de Ética potente e independiente es un elemento importante para generar una ética cívica pública, para alimentar debate crítico ciudadano, para incrementar el pluralismo y apuntalar la democracia. El gobierno socialista jamás consultó al Comité para nada, ni siquiera para que opinara sobre la reforma del aborto. El Comité opinó por propia iniciativa, llevado por la convicción de que era su responsabilidad el hacerlo. Pero también hay que decir que, al menos, el gobierno socialista jamás intentó instrumentalizarlo a su favor. No sabemos si fue por miedo, por ignorancia o por convicción. Pero lo cierto es que no lo hizo.

Sin embargo todo apunta a que el actual gobierno tiene claro que el Comité debe ser una herramienta totalmente al servicio de su proyecto moral radical, donde la reforma del aborto es crucial. Ven al Comité como una pieza de la maquinaria de la reconversión moral de este país que el gobierno ha diseñado por y para nosotros, los españoles. Por eso, a diferencia de sus oponentes socialistas, el gobierno conservador sí utilizará el Comité para su propósito. Y por ello lo primero que ha hecho es expurgar totalmente al Comité anterior de una forma bastante indigna y configurar un Comité nuevo, totalmente a su medida. El nuevo Comité, plagado de comisarios morales -aunque con honrosas excepciones, como Manuel de los Reyes, persona de exquisito talante y gran prudencia moral, pero que está muy solo ante el peligro- hará lo que quiere el gobierno y recibirá su aplauso. Pero, en el camino, la ética plural lo habrá abandonado. El Comité se habrá ganado el cielo, pero habrá perdido el alma.




Una versión resumida de este post fue publicada por el diario El País el 1 de Febrero de 2013.


Imágenes: Oleos de Dorothea Tanning.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Knock, knock, knockin'

Ante la desaparición del blog sanitario Saludyotrascosasdecomer reproducimos íntegro el texto de Enrique Gavilán, uno de sus creadores y compañero de aventura bloguera docente desde su Docencia en Plasencia, en el que explica los hechos.

El Pájaro que Cruza quiere expresar su total apoyo a estos compañeros y la vergüenza que produce la actitud del sujeto premiado, fundamentalmente porque revela una monumental ignorancia, indigna de alguien que pretende representar a los trabajadores sanitarios. "Knock", la obra de teatro de Jules Romains, forma parte de mi arsenal de herramientas docentes en los cursos de ética dirigidos a profesionales sanitarios. Es una obra clásica. En el 2007 se representó en el Congreso de SADECA en Córdoba, seguida de un coloquio en el que intervenimos Andreu Segura y quien esto escribe. En la EASP la hemos representado en clase al menos dos veces, así como en otros Másteres o cursos de Bioética del resto de España. En mi opinión, debería ser lectura o representación obligada en todas las Facultades de Medicina de España.

El Pájaro que Cruza dedicó un post a Knock en Septiembre de 2010.

La libre expresión del pensamiento crítico no es un lujo, es una necesidad

A nadie se le escapa que vivimos momentos grises. No solo porque la coyuntura económica es del todo desfavorable, sino porque los mediocres triunfan y la libre expansión del pensamiento es cada vez más difícil. Todo atisbo de crítica es vivida como un ataque a la necesaria unidad para superar la crisis y toda representación irónica de la realidad es tachada inmediatamente de ofensiva.

El uso de las redes sociales, y especialmente de los blogs, se propagó en nuestro país con la promesa explícita de constituir un paraíso para la divulgación abierta del conocimiento y las opiniones libres. Sin embargo, en los últimos años parece que esta idea está perdiendo fuelle. Cada vez resulta cada vez más difícil encontrar tribunas verdaderamente independientes y críticas donde fluyan e intercambien sin barreras pareceres y discursos variopintos sin que ésto suponga agravios o se alimenten recelos.

Saludyotrascosasdecomer nació hace 4 años, en el otoño de 2008. Han pasado por él 11 plumas (¿o podríamos decir más bien “teclados”?) diferentes, de 4 países distintos, y con 1317 entradas es uno de los blogs con más solera de la blogosfera sanitaria española. Uno de sus espacios más emblemáticos, el título de “El empleado del mes”, ha distinguido puntualmente a 31 figuras destacadas del panorama sanitario, social y político de todo el planeta, siempre con sorna y sana intención crítica. Entre ellos a ex-ministros como Bernat Soria y Trini Jiménez, expresidentes de CCAA como Esperanza Aguirre y Fernández-Vara, así como a la plana mayor del Servicio Extremeño de Salud (gerentes y varios directores y subdirectores incluídos). No faltó a la cita la mismísima directora de la OMS, el virus de la gripe A ni el propio Papa Ratzinger. Todos han acogido los premios con deportividad, o al menos no tenemos constancia de lo contrario… Sin embargo, el gris y desalentador panorama han mermado la mordacidad e irreverencia del blog en los últimos meses. Pero ha sido precisamente el último premiado con el distinguido título de empleado del mes el que ha terminado de dar la puntilla al blog que tuvo el honor de glorificar su figura.

Hace ahora justo un año tuvo lugar en Plasencia la representación de una obra de teatro, adaptación de la obra “Knock y el triunfo de la medicina”. La obra fue realizada íntegramente por profesionales sanitarios desde el principio hasta el final, sin un euro de presupuesto y siempre fuera del horario laboral, y fue un rotundo éxito en todos los sentidos. Se trata de una sátira de los procesos de medicalización de la vida aderezado con un fino humor francés. Pero no todos supieron captar la esencia de la obra ni sus sutiles ironías; de hecho, un delegado sindical trató por todos sus medios parar la obra antes de su estreno. Dicha actitud fue merecedora, como no podía ser de otra manera, de un nombramiento unánime de “Empleado del mes”. Pero dicho galardón no ha sido del agrado del agraciado, el cual, un año después, no sólo ha devuelto el título, sino que ha amenazado con tomar acciones legales en caso de no retirar la entrada, rechazando incluso una oferta de réplica pública sin censura. Tales presiones, en un contexto de percepción de ausencia de la suficiente libertad como para seguir por la línea de mordaz humor, han desencadenado el cierre de saludyotrascosasdecomer.

Se trata de un hecho puntual que afecta a un solo blog, cierto; la desaparición de un blog libre no es nada, cierto. Muchos pueden pensar que es solo un mal menor, que hay cosas que están pasando que son mucho más importantes y trascendentales. Cierto. Pero no podemos permitirnos que haya quienes consideren que pueden tener la capacidad de corregir, reprobar o  impedir la libre expresión, ya sea ejercida a través de un blog o de una obra de teatro o de un artículo de prensa, y que todos los que le rodean se lo permitan, o lo jaleen o sencillamente miren para otro lado. No es ningún lujo poder tener independencia para pensar y poder expresarlo, con humor, ironía y sentido crítico. Es una necesidad. Una sociedad moderna que aspire a disponer de un capital social rico debe cuidar, y no perseguir, a los que contribuyen a nutrirla de sana capacidad de reírse de ella misma y de construir ideas que permitan elevarla intelectualmente. Los que firmamos esta tribuna compartimos esos ideales. Por eso estamos aquí, visibles, y despiertos.

La entrada desencadenante del cierre de saludyotrascosasdecomer: Empleado del mes, Jesús Quijada Hernández   (Noviembre 2011)

 (Este comentario es compartido por diversos blogs de salud españoles en solidaridad con Antonio Villafaina) 



jueves, 29 de noviembre de 2012

Ética y huelga sanitaria

La palabra "profesional", aunque se use actualmente de forma general, haciéndola casi sinónimo de "trabajador", tiene en realidad un espesor y una complejidad muy importantes. No puedo ni quiero profundizar ahora en esa idea por lo que iré directamente al grano para hablar de la profesión sanitaria, de lo que significa ser tal cosa y de cómo ello repercute en nuestro juicio sobre la legitimidad ética de una huelga de este colectivo.

Un profesional sanitario es alguien que, actualmente, posee una identidad compleja. Tiene que asumir al mismo tiempo cuatro dimensiones, cuatro "identidades", de cada una de las cuales se derivan exigencias éticas. Así, tiene una dimensión profesional de compromiso individual con sus pacientes concretos, tiene además un compromiso profesional social con la protección de la salud colectiva y la eliminación de las desigualdades en salud, tiene también unos derechos laborales como trabajador y por último tiene obligaciones como ciudadano en la defensa de una sociedad justa, pacífica y equitativa.  Ser un buen profesional sanitario hoy en día implica saber mantener adecuadamente la tensión ética de estas cuatro identidades.

La emergencia progresiva y sumativa de estas diferentes identidades es fruto de la historia. Y la manera en la cual los profesionales sanitarios han afrontado la posibilidad de hacer una huelga está relacionada con su surgimiento. 

Es curioso que no exista mucha literatura sobre las dimensiones éticas de la huelga de los profesionales sanitarios. Quizás se deba a que una "huelga médica" ha sido una realidad extraña al mundo de la Medicina hasta hace bien poco. De hecho, este fenómeno sólo aparece es a partir de la segunda mitad del siglo XX. Por eso, la historia de la huelga médica hay que analizarla a la luz de la historia política y económica de las sociedades avanzadas, que es el motor de la progresiva transformación de la identidad profesional de los médicos.

Para comenzar: una de las primeras huelgas médicas de las que se tienen noticia se produjo por la resistencia de los médicos a la expansión del Estado de Bienestar mediante la creación de servicios sanitarios públicos y por su defensa de los clásicos modelos privados de ejercicio profesional liberal. Tuvo lugar en 1962 en la provincia canadiense de Saskatchewan. Los médicos querían que el Gobierno de la provincia suspendiera la implantación de un seguro médico universal. Obviamente actuaban desde la identidad profesional más clásica y primigenia, la que se identifica con el contrato moral -o legal- privado del médico con un paciente individual en orden a proteger y cuidar su salud. Los médicos canadienses pensaban que el proyecto amenazaba esa identidad. Afortunadamente fracasaron y el proyecto del gobierno salió adelante, permitiendo así que la configuración del sistema sanitario público canadiense avanzara. Pero con ello se abrió la puerta a la adquisición de una segunda identidad, la del médico como trabajador asalariado. Esto era algo que ya había venido ocurriendo de forma progresiva en Europa a medida que, tras la Segunda Guerra Mundial, emergían los Estados de Bienestar.

Sin embargo, parece que estas dos identidades consiguieron armonizarse lo suficiente y lo cierto es que no existen noticias de huelgas médicas prácticamente en los siguientes 20 años. Eran años de riqueza y de expansión acelerada de los sistemas sanitarios y de la medicina tecnológica. Pero el cambio de ciclo económico subsiguiente a la crisis del petróleo de 1973 hizo girar la rueda de la Historia. La crisis trajo como consecuencia un cambio de ciclo político, ejemplificado en dos personas: Margaret Thatcher y Ronald Reagan. Con ellos, el Estado de Bienestar sufrió el primer ataque serio de su historia por parte del capitalismo neoliberal y de la tradición política y moral neoconservadora.

Hay que decir que, en mi opinión, este primer ataque no se atrevió a asaltar realmente el corazón del Estado de Bienestar: lo podó, lo contrajo, lo hirió, pero no se atrevió a tratar de destruirlo directamente. Creo que sabían que no tenían suficiente apoyo popular para lograrlo. En cualquier caso, en esta primera era de reajustes en los sistemas públicos del Estado de Bienestar, los profesionales sanitarios, ahora ya, como hemos dicho, intensamente laboralizados, empezaron a ir a la huelga y, consiguientemente, a surgir los primeros análisis éticos de la cuestión. Fueron los países de la Commowealth bajo la órbita del thatcherismo -Reino Unido, Nueva Zelanda, Sudafrica-, o afines como Israel, los primeros en sufrir estas huelgas. Las reivindicaciones planteadas en todas ellas eran básicamente laborales: salarios, despidos, carga de trabajo y horario laboral. En España, a la que todo llega con una década de retraso, la huelga de los médicos del Insalud de mayo de 1995 -no secundada por la enfermería- , liderada por la CESM con el apoyo de la OMC, es en mi opinión claramente heredera de esta tendencia. La paradoja es que quien gobernaba entonces era un partido socialista. En cualquier caso, estas huelgas médicas se plantearon claramente desde la segunda identidad: la del médico como trabajador, de ahi el liderazgo sindical de la medida. No tengo tan claro que, al menos en España, visto quienes lideraban las movilizaciones y el trasfondo político que portaban, esta identidad se acompañara por entonces de la tercera identidad, la de la transmutación del perfil profesional clásico en uno nuevo: el que a la idea del contrato moral individual médico - paciente añade la dimensión social, la del contrato moral colectivo con la sociedad en orden a la protección de la salud pública y la justicia sanitaria.  Sin embargo sí creo que en los siguientes 20 años de relativa paz sanitaria que hemos vivido en los países avanzados y, en concreto, en España, esta tercera identidad se ha ido generando e incorporando a la mentalidad de muchos profesionales -aunque nunca de todos- .

Pero la nueva crisis económica, generada esta vez directamente -a diferencia de la del 73 que tenía más base en la economía real- por el capitalismo neoliberal financiero, ha acabado con los 20 años de paz. Lo asombroso es que el neoliberalismo económico, político y moral, el mismo que ha generado la crisis, haya hecho de la aparente debilidad, fuerza y virtud. Tanto como para considerar que había llegado el momento de acabar la tarea iniciada por sus ídolos de los ochenta: la destrucción total, fundamentalmente mediante la privatización, de los sistemas de protección que vertebran los Estados de Bienestar. Y en esto estamos.

Pero lo más interesante es descubrir que la identidad desde la que los médicos, los profesionales sanitarios en su conjunto están yendo ahora a la huelga es, otra vez, diferente de la de los anteriores ciclos. Ahora, si creemos lo que se nos dice, las reivindicaciones no provienen tanto de su identidad como trabajadores, aunque también existan reivindicaciones en este campo como es natural, de ahí la presencia de los sindicatos. Lo que parece alumbrar es la adquisición de una nueva identidad, la cuarta: la que integra la dimensión profesional comprometida no sólo con los pacientes individuales sino con la sociedad en su conjunto para convertirse en identidad ciudadana, vinculada a la defensa general de los derechos, las libertades y la justicia. Se trata de una identidad con fuertes bases en la ética civil y con un perfil de compromiso político - ¡que no partidista!!-, en la onda de los movimientos sociales que se han generado en muchos países y a muchos niveles para hacer frente a esta crisis tan despiadada.  De aquí el peso, en esta nueva huelga médica, de las organizaciones profesionales, incluyendo una OMC que ha virado de manera estupenda desde las posiciones reaccionarias que defendía hace tan solo unos pocos años.

Personalmente me identifico plenamente con esta nueva identidad y, por tanto, vaya mi apoyo más sincero a cuantos se empeñen en esta lucha pacífica. Pero..., hay un "pero". Es el siguiente: la nueva identidad no puede anular a las anteriores. Si alguna de estas identidades se vuelve hegemónica sobre las demás y las anula, se cruzarán líneas rojas del comportamiento ético profesional. El reto ético es, por tanto, en una huelga de profesionales sanitarios, cómo actuar de tal manera que se respeten al mismo tiempo las cuatro dimensiones de la identidad profesional, para que la medida tenga plena legitimidad ética. Yendo a lo concreto: no creo que parar la actividad general del sistema sanitario durante dos días sea algo éticamente incorrecto siempre y cuando se garantice la atención sanitaria de las emergencias, urgencias u otra actividad sanitaria cuya demora produciría daño directo a  los pacientes (por ejemplo, una cirugía programada de una neoplasia grave). Todo lo contrario; creo que lo que está en juego es tan importante que puede y debe hacerse, igual que muchas otras medidas de protesta pacífica.

Pero sí creo que una huelga indefinida o ilimitada es algo cuestionable. Hay dos motivos. Uno es estrictamente ético: creo que se cruzan las líneas rojas que antes mencionaba y acaban por destruirse los valores que se defienden. Otro es puramente estratégico, pero no menos importante porque lo que nos estamos jugando es enormemente relevante: al final, los apoyos más importantes se pierden. Y estos son dos: uno el de los propios pacientes, porque la gente aguanta unos días sin atención sanitaria pero no "semanas"; otro, el de los propios profesionales en huelga, porque al final el bolsillo se resiente. Acuérdense de lo que paso con la "marea verde" en Madrid... ¡Seamos más decentes e inteligentes que el poder contra el que peleamos!

Imágenes: Cuadros de Antoni Miró


jueves, 22 de noviembre de 2012

Aequitas



Suele pensarse que en los momentos de crisis profunda, como la que padecemos desde hace ya 5 años, hay que hacer más y pensar menos. Pero la experiencia dice lo contrario. En esta larga crisis hemos hecho ya muchas cosas y, sin embargo, visto donde todavía estamos, los resultados han sido más bien magros. Algo falla. A lo mejor es que lo que hemos hecho lo habíamos pensado poco y seguimos dando palos de ciego en medio de un sistema que parece derrumbarse por sus propias contradicciones. Quizás tenían razón los marxistas clásicos cuando decían que toda buena praxis comienza por una buena teoría, aunque toda buena teoría deba demostrar su valía volviéndose buena praxis.
Todo esto viene a cuento porque la crisis, que no es sólo económica, sino también política, social y, quizás, cultural, también afecta obviamente al ámbito de la salud. Ciertamente hemos hecho cosas con la salud; hemos tenido praxis, pero lo cierto es que ha sido muy contradictoria.
Fijémonos en la paradoja de los últimos meses. Por una parte, la legislatura anterior terminó con la aprobación de una Ley de Salud Pública que, aunque no guste a todos y sea criticable en muchos aspectos (luego veremos alguno), supone indudablemente un hito importante en el avance en una concepción moderna de lo que sea la “salud pública” y de cómo las diferentes administraciones deben vigilarla, protegerla y promoverla. Por la otra, la nueva legislatura se inició con un agresivo e inmoral proceso de desmantelamiento del Sistema Nacional de Salud, con importantísimas consecuencias en el ámbito de los derechos de los ciudadanos en esta materia.
Es difícil entender y asimilar tantos cambios en direcciones tan contradictorias, producidos en tan poco tiempo. Hay que reconocerlo, nos cuesta analizar, comprender, proyectar y dar respuestas con fundamento consistente. Abunda la intuición y la fragmentación, faltan diseños sólidos de fondo, marcos teóricos que articulen respuestas a corto y, sobre todo, a medio y largo plazo acerca de cómo debe entenderse la salud y la organización de los sistemas de salud.
Para muestra un botón, mejor, dos. Ambos tienen que ver con el uso de la palabra “equidad”. Esta es una palabra bien conocida en el mundo de la filosofía política y la justicia distributiva y está indisolublemente ligada a la Teoría de la Justicia de John Rawls.  Desde ahí ha saltado al lenguaje de la política y la salud pública y su uso se ha generalizado pero, con frecuencia, perdiendo precisión y densidad.
Así pues, primer botón.  En la Ley 16/2001 de Salud Pública de Andalucía, el término “equidad” es fundamental: se usa 19 veces a lo largo del texto. Pero sin embargo la definición de lo que significa eso es más bien exigua y se da en la Exposición de Motivos: “el derecho de las personas a disfrutar, en igualdad de oportunidades, de una vida saludable”. Pero nadie aclara qué se entiende por “igualdad de oportunidades” y por “vida saludable”. Tampoco hay respuesta a los interrogantes en el Artículo 4.g), que eleva el “Principio de equidad” a la categoría de “principio rector” de la actuación en Salud Pública en Andalucía…,¡sin definir tampoco en ningún momento qué entiende por tal cosa!.
El segundo botón es parecido al anterior, pero esta vez proviene de la Ley 33/2011 General de Salud Pública de España. Aquí la palabra “equidad” se usa con menor profusión: sólo 8 veces. Pero el resultado en claridad no es mucho mejor que en la de Andalucía. Parece que, en general, “equidad” se usa como un sinónimo de “igualdad”. Pero esto tampoco es muy claro pues la igualdad es, en esta Ley, un “derecho” (Art. 6) que, al parecer, tiene que ver fundamentalmente con la no-discriminación. También se encuentra en esta Ley un “Principio de Equidad” (Art. 3a), pero aquí tiene que ver más con la eliminación de las desigualdades sociales en salud, sin que, en cualquier caso lleguemos a hacernos una idea clara de lo que se entiende por la tal “equidad”. Vamos, que la precisión lograda es asombrosa.
Esta indeterminación tiene que ver sin duda con la falta de claridad de las bases teóricas, de filosofía política, que subyacen a los fundamentos subterráneos de textos jurídicos tan importantes como los citados. El tema es grave, porque debajo de las palabras mal definidas, mal entendidas o mal aplicadas, pueden anidar inadvertidamente contrabandos ideológicos insospechados; insospechados incluso para quien elabora bienintencionadamente tales textos.
Sin duda, una de las preocupaciones más importantes que muchos tenemos es cómo evitar que la crisis generalizada incremente la injusticia general y la del ámbito de la salud en particular. Parece urgente rediseñar los sistemas de salud en sus diferentes facetas –asistenciales y de Salud Pública- para que protejan de manera más sólida dicha salud y eviten la injusticia en el nuevo escenario creado por la mentada crisis. No basta ya sólo con detectar las “desigualdades en salud” –aunque obviamente, es muy importante hacerlo-, hay que buscar formas efectivas de superarlas.
Pero para hacer esto necesitamos volver a la teoría fundamental, a la que trata de pensar cómo el ideal, el valor de la Justicia, puede construirse mejor en nuestras sociedades y en sus instituciones básicas, entre las cuales están las que tienen que ver con el amplio y complejo mundo de la salud. Esto es, frente a la crisis y al desmantelamiento del Sistema Sanitario Público en España, además de manifestarnos todas las veces que haga falta, tendremos que sacar un rato para estudiar o reestudiar a John Rawls y Norman Daniels, a Amartya Sen y Jennifer Prah Ruger, a Martha Nussbaum y Sridhar Venkatapuram, a Gerald Dworkin y Shlomi Segall, a Jurgen Habermas y Graham Scrambler, a Gerald A. Cohen y a Vicenç Navarro ... Nuestros políticos en ejercicio no lo van a hacer. Pero a nosotros..., nos va la vida y la salud en ello.

Imágenes: Jeremy Geddes (Óleos)